Hoy amanecí con el deseo de enamorarme del hombre equivocado,
De esos besos que no le pertenecen a nadie
De esos labios que no piden nada a cambio,
Enamorarme como acto instantáneo, como pérdida de tiempo.
Hoy pensé en bañarme desnuda en la playa,
Solamente si la promesa es tu abrigo al final de la noche,
Pero me temo que sería imposible hallarte entre tanta arena y mi indiferencia.
Ayer creí que nunca me verías partir
Y esta mañana cada suspiro equivale a una milla
Entre la verdad y la mentira que nos dejaban balancearnos juntos.
Ayer grabé nuestros nombres en la contestadora
Y ahora deseo que nadie nos llame para no tener que mencionarnos
En la misma frase, me resulta una ofensa al idioma que nos une
Y con el que no sabemos comunicarnos.
Mañana despertaré con el maquillaje en mis mejillas y en la almohada,
Con mis manos vacías, empuñadas y adoloridas de tanto golpear
Mi deseo de volver, mi arrepentimiento malparido y mis ganas de mirarte.
Mañana veré al frente convencida que cada horizonte trae uno nuevo consigo,
Miraré atrás y sé que habrá otro viejo y ya gastado horizonte
Despidiéndose de mí y encargándose de cubrirte con pasado ineludible.
Bárbara Barrientos