Soneto Sáfico
Y fue adquiriendo forma la belleza,
metida amorfa, entre las mismas cosas;
así la gente obtuvo, gran destreza:
¡nos diste savia, dotes muy jugosas!
Se yergue sobre todo la cabeza,
y puede hacer hazañas, bien gloriosas;
de cero toda empresa grande empieza:
¡de niño perseguía mariposas!
Jugaba a ser banquero y policía;
repletos mis bolsillos de canicas:
¡del mundo dueño a veces me sentía!
También las penas, vida, multiplicas;
llegué a sentir que incluso me moría:
¡ahora, creo, en mí te glorificas!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino