En el letargo nació tu piel
Tan suave como la dejé
Enfriarse y enblancarse
Esperándome.
Tu simpleza, tu vida horizontal
Tus caricias que siempre buscan más
Tus maneras, mi sorpresa
Y tu tan hermosa intensidad.
Ninguna habitación sabrá entender
Que tanto deseo asfixiado
Logre respirar en un momento
Y, cubriendo todo, florecer.
La paz que mi cuerpo no encuentra
Está sólo en tu pecho
Y, sin embargo
No vendrás hasta mi.
No ire yo hacia ti.
Seguiremos cerrando los ojos
Hasta que se vuelvan a derretir.