Me descanso en tus ojos mansos y tiernos
donde nace un paraiso dorado de esplendor
y los vuelos se dibujan en paisajes de gloria.
Allá en tu pupila santa que es sagrada bendición
que crea con gozo como un manantial de vida
y los frutos brotan cuando la luz clara los besa.
Lejos avanza tu mirada entre resplandores
cantos y alabanzas, se deslizan las notas
y en sus iris amansan con las aureolas de gracia
que al alma bañan de virtudes y dones.
Rosa Maria Reeder
Derechos Reservados