¡Oh pléyades inhóspitas... !,
¡Oh inconmensurables
océanos...
de plata derramada !
¿Dónde mora
la inocencia preconcebida... ?
Aquella
que deshojaba despacio
sus indefinidas...
y desmotivadas horas,
en el cáliz curvilíneo...
de la seductora tarde,
¡Oh telúricos ensueños... !,
¡Oh labios marchitos
de deseo...
confuso y ciego !,
¿Dónde yacéis...
heridos y desnudos,
sino es entre las desprevenidas
y álgidas... soledades catedralicias,
huidas muy tenuemente
de mágico...
y pálido embeleso?,
¡Oh tristeza...
de lirio plateado,
y labio entreabierto... !,
¿Dónde moran
los tristes...
y deslucidos
aires desgarbados,
de aúrica...
y plenilúnica belleza... ?
sino entre el bello
y desnudado belfo
de ambarino ósculo
desvestido...
entre artúricas
y desprevenidas
auras deslazadas
de lance herido,
oscuro...
y orgullosamente ciego.