El humus poético recibe
toda clase de donaciones
suspiros
intuiciones
y sombras.
Un grito entre las palabras
y alguna pausa
de inquieto silencio.
El humus poético está formando nidos
en la página onírica del poeta.
Hoy lo he visto cantar
e incluso declamar sus confidencias
en el desierto
de mis internos coloquios.
El humus pasa, de verso en verso
acariciando las semillas
de nostalgia o alegría.
A veces llora
o reclama su ancestral energía
pero se queda dormido
ante el libro de sus sueños.
Hoy ha despertado
para darme esta infidencia
y me ha pedido
que no me guarde lo que hasta ahora
era su secreto.
E.D.A