Cada vez que tus ojos se ponen frente a mi desde tu espalda salen rosas.
Si se presenta alguna mueca, lo gris se colorea.
Florece todo lo posible, crece toda raíz muerta.
Si procedes a acomodarte el pelo suelto siento olas que me ahogan en agua-fantasía.
Veo en mi tal estupidez desconocida, que nunca habito.
Me vuelvo irreconocible.
Pocas veces vi tantos lunares en una piel tan blanca.
Pocas veces quise tanto ser la hoguera de un cuerpo frío.
Pocas veces senti el deseo de compartir un sonido. Una voz, unas cuerdas.
No alcanza mi materia para contener ésto.
Si hay una excepción, que sea hoy.