El niño que le pega
al niño que no se defiende.
El hombre que enfrenta al niño
con el golpe dispuesto
y el grito sobre su frente.
La mujer que deja a su hijo
en el monte de los descartes.
El pueblo que ignora a los hijos
que nunca han sabido
quienes son sus madres.
El soldado que apunta su arma
sobre el indefenso peregrino.
El guerrillero disfrazado
de amable pasajero
en la explosión de su destino.
El asesino de ancianos,
el violador de ingenuos chicos.
El hacedor de tragedias
sembradas de religion
y llenas de explosivos.
El que insulta por aficción
a cuanto semejante encuentra.
El verdugo del dirigente,
ese que nunca pregunta
cuando quita la existencia.