Estando yo tan solo
y lleno de amargura
el sol vino a alumbrarme
con toda tu ternura.
Mis pasos se esfumaron
andando en la negrura
al ver tus ojos claros
brillando en mi espesura.
Fue el sol de la mañana
rondando por la bruma
que ancló mis esperanzas
sembradas en tu hechura.
Un canto como flamas
en noches tan obscuras
tiño de notas blancas
el son de mi locura.
Y fuiste con tus ansias
y voz tan tierna y pura
que desplegó mis alas
volando hacia tu altura.
Un viento fresco clama
que torne mi negrura
en brisa fresca y clara
anclado en tu hermosura.
Ya te conté con calma
la historia en mi figura
que renació en la llama
de toda tu ternura.
LEONARDO HENRRICY SANTIAGO
(Leo Henry)
Recluta de la nostalgia