Recordar que vivimos la pasión mas que loca
que en mis brazos gemías con ardor desbordante
que lleno de lujuria bebía de tu boca
en donde me saciaba deseo delirante.
Recordar los momentos, de la mano tomados
caminando dichosos por la orilla del mar,
observando los barcos que quedaban anclados
en el muelle del puerto,esperando atracar.
Recordar las estrellas con sus luces nevadas,
que llenaban el alma de infinito soñar,
cariñosa y sublime, con radiante mirada,
me decías tan tierna: ¡Que precioso es amar!
Ahora con nostalgia recuerdo tantas cosas,
mi hermosa y bella dama, mi sueño, mi ilusión,
tus formas las dibujan las nubes vaporosas
que vagan por los mares de gran desilusión.
A veces no quisiera pensar en los momentos
de aquella dulces horas de regio resplandor,
que todas mis memorias se fueran con los vientos,
y sentir de la vida la solea de amor.
Mis versos hoy se encuentran soñando lo perdido,
navegan en los cauces de ríos sin corriente,
y quiero sumergirlos en lagos del olvido
y que nazca de nuevo, del amor su simiente.
Autor: Aníbal Rodríguez.