Se cuenta que hace siglos en el jardín botánico existía una flor distinguida por todos.
Se le apreciaba. Se le quería.
Todos le respetaban.
Era muy talentosa.
Hacía de todo: cantaba, danzaba, pintaba.
Sus pétalos se levantaban con el viento.
La lluvia le daba fuerza, voluntad.
La hacia siempre más bella.
Al caer la Luna llena se despedía de los arboles desnudándose, y sus pétalos llenos de grandeza hacían del jardín botánico un lindo lugar.
Se quedaba desnuda varios días.
Pero a ella no le importaba mientras pudiera cuidar del jardín botánico.
Eso le hacía feliz.
Había días en que la encontraban cantando en el viento.
Susurrando a los árboles.
Vagando en el jardín botánico.
Siempre estaba atenta.
Tenía el talento de una flor.
Ella lo sabía.
(21/07/16)
II
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