Vacios estan los campos, despojados de sus amos las manos laboriosas han desaparecido, sudor de sus faenas en la tarde abandonadas ;
¡el verde oliva! con olor a yerba fresca.
Cuanto extraño el atardecer de mi campos
con alegres serenatas de voces satisfechas de cumplir,
en el unificado mundo del trabajo campesino
que dia a dia su faena no lo deja
aún cansado este llegando hasta la cima despues de la jornada
llevando su azadón su sombrero, capa y ruana con orgullo
esparcido en las montañas entre cantos de aves y chicharras
ya con fatiga llega pronto hasta su rancho, allí
espera la mujer que mas adorna la casa y su labranza.
Silencioso el monte de encopados árboles va desapareciendo;
extensas llanuras van quedando,
vegetacion abandonada, sus criaturas silvestres,
sólo el duelo por el llanto enmudecido;
ahogado queda en la garganta.
Amos de grandes sentimientos de amor hacia la Madre Gaia.
hombres que dejaron al azar su terruño al cuidado silencioso de
aquellos que llegan destruyendo humedales y secretos
que sólo la selva guarda.
Sonidos del maderable bosque clama a gritos su regreso de aquellos
que cuidaban con amor y sabia ciencia lo que un dia enseñaron sus ancestros
caricias de los frondosos robles,cedros, canelos y todo cuanto habita en la Madre Gaia
sus caudales y fuentes cargadas de cristalinas aguas
deslizandose como esbelta cabellera adornando el paisaje de montañas valles y llanuras.
Agua dulce; dulce agua dejada por la nieve desde los inmensos rios a
campos florecidos, esparciendo sus aromas por los aires
estrellando con el cielo majestuoso de colores de arco iris
brillando en pleno su lozanía radiante en dias de ardiente sol en el verano.
Vuelve el hombre a su Amada Gaia,
¡vuelve victorioso!
su Amada Gaia lo reclama.
Bernarda