Mis labios cedieron ,
besarte era mi deseo ,
una tormenta ,
se desatò ,
en nuestros ojos .
Abriendo un horizonte ,
de mùltiples ,
intenciones de pasiòn .
Tu perfume me invadiò ,
y mis terrenos apropiàstes .
Y toda la riqueza que buscabas ,
erguida en tus manos quedò .
El silencio de la conquista ,
se avalanzò ,
y todo fue un despojo .
Ya nada cubrìa ,
por donde tus manos ,
llenas de encanto tocaban .
Y el hombre vencido ,
del gran combate ,
que habìa resistido ,
ahora era vencedor ,
sin haber ganado ,
la batalla .