Jesús Lantigua

RECUERDOS DE AMANECERES  

 

Me encantaban tus sonrisas de amaneceres,

los detalles intrínsecos de apetencias

que te medraban en los besos

y la insinuación al sexo

presente en el amago seductor de las caderas.

Disfrutaba los desenfrenos,

la certeza de tu lisura

y el espasmo glorioso en las carnes,

convocadas por una triunfal exultación. 

El tiempo se me anclaba entre los huesos

aletargando el deseo de convivir,

desdoblando cada amanecer,

perpetuando el ansia de seguir tocándonos

sintiendo sobre la piel

 el galope brioso del pecho amado.