Me eh entregado a algo sin nombre.
Los sueños siempre se prestaron a fallar,
Y no es de cupar a nadie,
La esperanza en exceso suele ser cruel.
Cuando uno despierta por el estruendoso sonido de la desgracia,
No es para menos si alterado busca la luz de la respuesta inexistente.
Entre tanto pánico mi seguridad en la penumbra es tomar su misterio
Y en su existencia tal vez malvada, tal vez benigna entregar la incertidumbre ¿cuanto mas puede costar?.
Aquello sin nombre que cegara mi destino dando confianza a mis pasos,
se hara ahora presente, siempre es preferible un camino tortuoso a un destino inalcanzable.