Soñó con el mar,
era suyo y ella era de él,
que se hacía una con los colores del atardecer;
ella soñó.
Soñó con un mensajero
él venía a decirle que ella era querida,
regalos y regalos le hizo llegar,
calientitos,
cariñositos,
y posteriormente,
dinero;
ella soñó que la amaban,
ella soñó.
Soñó que caminaba en un acogedor lugar,
de pronto ella comenzó a volar,
a nadie parecía extrañarle
y ella sólo cruzó lás calles sin mover sus piernas;
ella soñó con la libertad,
ella soñó.
Despertó con una extraña sensación,
los músculos, flojos ya, no parecían responder.
Despertó, melancólica y apretando los ojos para volver,
respiro profundo un par de veces
pero ya no pudo seder.
Despertó y se percató de que había olvidado la belleza de soñar;
despertó no queriendo despertar.