Hugo Emilio Ocanto

\"Ángel\" -Poema- -Autor: Alfredo Daniel López- -Interpreta: Hugo Emilio Ocanto- -Grabado-

ÁNGEL

...

¿El por qué te amo? me pregunto cada mañana.
-Te amo porque a pesar de haber caído
sin quererlo ni desearlo, por tu ingenuidad y por tus traumas
hasta los abismos del mismo infierno,
te has sabido sobreponer a tanto odio
que te ha rodeado;
y has tenido que enfrentar a todos los esbirros que mando \"saltan\" en tu camino,
que como moscas aparecieron a lo largo de tu vida,
con la consigna de arrastrarte hacia el camino del mal
a ese sub-mundo donde sólo vale el odio y la maldad.
Un mundo donde no sé cómo hay gente que puede querer vivir
ya que la consigna es sólo hacer daño y causar el mayor dolor posible.

 

 

Aborrecida por tu madre desde tu misma concepción.
Abandonada siendo sólo un niña de muñecas
y ultrajada por tu propio parentela..., te robaron tu niñez
y tu infancia y tu juventud, todo por la maldad del ser humano,
haciendo de tu vida un calvario que se veía a leguas.
Recordabas cuando quien te trajo a este mundo te peinaba
y arrancaba como castigo con enseño tu hermosa cabellera cada vez que la peineta pasaba.
Cuánto odio, cuánto rencor, cuánto martirio:
golpes y maltrato psicológicos; ¿Dios mío por qué?
¿Por qué ensañarse así con un angelito de Dios?,
que sólo intenta reconstruir su perdida niñez.

 


Sin embargo la luz de Dios nunca te dejó sola, estaba dentro de ti.
Siempre su brillo en ti anidó, esperando que despiertes
de ese letargo en que el mal te había envuelto como un velo,
sin dejarte ver la realidad de tu vida y el mal que te ibas tú haciendo.
Un buen día el llanto de un lindo bebé, fue el detonante y abrió
los oídos de tu alma, pudiendo ver que tu vida merecía otro signo,
otra enseña y otro futuro, ya no sólo por ti sino por el bebé que,
apretaba con sus cinco dedos tu único dedo que podía coger.
Diciendo: \"mamá ya estoy aquí\".
Aquel llanto removió tu ser y descubrió para el mundo, la gran mujer que hay en ti.
Desde ese momento toda tu vida renació y tu espíritu ser rejuveneció.

 

 

Sin embargo tu vida sumisa en el dolor y la tristeza
acosada tu mente por los fantasmas del pasado, solo te quedó
ponerte una careta y afrontar la nueva vida como una mujer dura
cuidando así a la criatura guardada en tu vientre.
No deseabas para ella ni los torturas, ni el desprecio, tampoco el dolor
que de niña te hicieron sentir.
Te convertiste así en una gran señora, una profesional de primera
pero tu vida seguía dormida, caminabas como muerta en vida,
porque no sentías, veías cada día pasar la vida sin sonrisas ni alegrías;
la maldad de este mundo nunca te enseñó lo que era el amor,
sólo te enseñó a defenderte y a luchar contra la maldad de los demás.

 


Una buena noche mis ojos se cruzaron con los tuyos,
me sonreíste, con esa sonrisa dura y forzada que me planteo
¿qué le pasa a esa bella mujer?
si es un ángel, si de su corazón emana nobleza... pero ella no lo ve - pensé yo -
Cuando al fin hablamos noté que no hablabas con el corazón, hablaba tu mente y de ti sólo salían
palabras lógicas y muy racionales.
Tenías cerrado el corazón y acongojada el alma, estabas por dentro asustada.
Poco a poco nos fuimos conociendo y a compartir la importancia del amor,
de hablar de los sentimientos, de curar nuestras viejas heridas,
de enterrar los fantasmas del pasado para ser libres, para así poder volver amar y ser amada, con ello ser auténticamente feliz.

 


El tiempo fue pasando y nuestras unas charlas fueron aumentando
con lo cual conocí la bondad del espíritu de tu ser mi amada.
Pude percibir que ni la mierda que le habían echado encima
la habían infectado, que no te habían contagiado la maldad de los actos cometidos contra ti.
Pensé \"ella lo tenía todo\", pero no sabe lo que era amar y ser amada por sí misma.
Así que tuvimos mucho de qué hablar y le pude enseñar a expresar sus sentimientos
pues no expresar lo que pasamos y sentimos..., quedarnos en silencio,
eso es lo que más daño nos puede hacer.
Poco a poco nuestra relación se fue consolidando y ella se comenzó abrir,
a contarme su vida, su calvario y el gran sufrir que aún tiene dentro de sí;
en lugar de alejarme como ella lo temía, cada vez me quedaba más prendado de su ser.

 


Pues descubrí un corazón de oro, una mujer buena con un pasado duro
que a pesar de todo, seguía teniendo un alma pura, era una mujer de sentimientos nobles,
con deseos de compartir hasta lo que le hace falta. De luchar por la justicia
de buscar siempre la paz y aunque le hacían daño..., jamás devolvía el golpe.
Por eso me fui enamorando cada día más,
ya que descubrí que ella era un ángel, envuelto en un tul negro
que no dejaba ver sus alas y apreciar su hermosa aura.
Ahora está experimentado todo el poder del amor.
Antes estaba muerta y hoy por el poder del amor ha resucitado,
ríe, canta, baila, su rostro trasmite felicidad
y hasta camina en la mano con una piruleta, cual joven quinceañera.

 


Feliz me siento de haberte conocido, orgulloso de poder amarte
y quiero seguir siendo tu \"luz blanca\", que guié tu vida a la felicidad.
Te amé, te amo y te amaré; ayer, hoy, mañana y siempre... ¡ángel mío!
...

 



Un beso y una flor.
Alfredo Daniel López
10 - 06 - 2016
Barcelona - España.



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