Un rinconcito entre cerros,
muy bendecido por Dios,
tierras bastas, de fertilidad cubiertas,
cuyos arroyos alimentan el valle,
que, como expresó el gran Poeta:
¡Hace trinar a las aves y cantar al mundo vegetal!
¡Un rinconcito, casi como el cielo!
en eso te estás convirtiendo mi pueblecito adorado,
en esa forma quiero verte,
tal cual, te concibo en mi corazón.
Partiendo de donde nace el sol
hasta el lugar de donde llega el viento,
un gran coloso te cuida,
igual de antiguo que el tiempo.
Te revistes de esmeralda
cuando la lluvia te baña,
halagas mi vista a diario
y das gran deleite a mi alma.
Personas repletas de utopías,
adalides siempre al alba,
buscan el bienestar común,
emprendiendo labores arduas.
Tu excelsa torre en el cielo,
se jacta en su belleza,
dando cobijo al pueblo,
como ofrenda espiritual.
Barranca de Santa Clara,
tu Patrona te observa plena
sonriendo desde el retablo
jubilosa con tu faena.
Añoro ver tu triunfal entrada,
arrojando pétalos coloridos,
mientras el follaje de tus árboles
esté bamboleando el viento.
En este rinconcito bello
la vida anda en sosiego,
viendo pasar generaciones,
que van sembrando el amor.
Alberto Morales Ureña
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