Han pasado días
en que tu adiós abofeteo mi rostro,
mis lágrimas se secaron
pero decidí seguir.
Si tu voz, ya no me habla,
ni tu alma, ya no es mía,
porque soportar la ingratitud y tu lejanía.
Te fuístes perdiendo así lo que era tuyo,
mi corazón.
Te fuístes, porque tu orgullo te lo pidió.
No he de ser yo amor, quien te lo recuerde,
fui para ti lo que más querías,
y conmigo fuístes más.
Pero hoy,
solo recuerdos, que pronto mi corazón olvidará.
Ya no eres,
ya no eres, más que una estela nebulosa
que tránsita por el cielo,
apareciendo sin ser vista por mi ser.
Ya no tiene sentido tu mirada,
que en su tiempo fue mi luz,
Ya no tiene sentido tu voz,
que era para mi, canción.
Ya tus caricias esquivas,
no perciben el calor de mi piel,
porque el frío llegó para ti,
y quiero, que se quede
porque así,
yo amor,
no volveré a sufrir.