¿Ves mi vestido?...¡De tus rojos hecho!:
Es puro tu diseño, tu manía,
se incrusta en mis contornos y en mi pecho
pues no dejo de usarlo todo el día.
Siempre será mi noble compañía
pues tu gusto encarnado me complace;
le pusiste un rubí de tal valía
que nunca el tiempo airado lo deshace.
¡Tan solo tu salero azúcar hace:
el traje que se adhiere como cera,
cuyo lazo seguro desenlace
si tu mano las mieles me las diera!
¡Y pueda yo beberme tus excesos:
tus labios de champán…de amor espesos!
Encarnado: un tipo de rojo
Soneto spenseriano: ABAB-BCBC-CDCD-EE