Amanecía, el sol estaba ausente
en la dulce penumbra de la noche
tu cuerpo junto al mío en derroche
habiéndole puesto al amor un broche
Mirándote a los ojos tan hermosos
con el corazón brincando por el gozo
mientras el sol lucía esplendoroso
acariciaba tu pelo tan sedoso
Poniendo tu mano ante mis labios
me dijiste con cariño y sin reproche
vámonos amado mío, ya es la hora
porque el día ha suplantado ya a la noche