Llévame al extremo de tus deseos;
Ansió conocer todos tus límites,
Déjame caminar por tu cuerpo,
Quiero recorrer los borrascosos caminos
Que conducen a tu ser.
Permíteme volar una y mil veces,
En tu etéreo cuerpo…
Anhelo ser el silencio que taciturno
Habita en tus en tus limpios labios,
Quiero también hombre mío, ser el más largo
Gutural, descarnado y animal gemido de placer
Que emerge de tus pasiones.
Quiero sentir tus uñas en mi carne…
Pretendo sentir tus hetereas manos recorriendo mi vientre.
Pinta mis entrañas con la magia de tu tacto divino.
Dame la ambrosia
Que fluye de tus labios
Permíteme refrescar mi eterna sed de amor con tu saliva.
Hoy se me antoja perder toda la breve razón que aún me queda,
Mientras recorro palmo a palmo
Poro a poro esa tu piel ardiente y clara como la locura
Quiero fundirme en ti
Quiero ser un solo y rítmico sollozo de placer.
Tómame (te lo exijo, te lo reclamo)
Soy arcilla ante tus manos;
Convertiré para ti mi cuerpo en limpio lienzo…
Para que tus preciosas manos
Esas manos que toman un pincel como a una espada,
Recorran mi ser mí ser, mi poniente mi horizonte
Todos y cada uno de mis más profundos abismos.
Te juro, Gritare tu nombre ebria de placer,
Loca, perfumada, maldecida y bendecida por tu sexo…
Gritare tu nombre mi sueño…
Seremos uno solo,
Seremos la palpitante nada,
El limbo oscuro y luminoso
La bella confusión de amor, carne, gemido y deseo…
Seremos todo
Seremos nada en la catatónica explosión del orgasmo.
Luego, poeta mío...
Seré tan libre como prófuga de tu amor.