Hay días tan tristes,
tan tristes...
en los que la luz
de un interminable invierno,
apenas...
se nos deshace
febril,
entre acordes...
de inusitada espera,
y aún así... la aurora
de una nueva era,
pareciera anunciar
edades etéreas
de deslucido talle...
y enardecida boca,
hay días tan tristes,
tan tristes...
en los que quizás
el aura...
de una nueva primavera,
ya se nos deshace caduca
entre lánguidos altares
de gélida ternura...
e inolvidable ausencia.