Santiago Miranda

Sarcoma

hay cierta belleza en marchitarse
lentamente, la fragua ardiente del tiempo
nos traga sin siquiera tener la intención
de masticarnos, vivos nuestra carne es su goma
nuestra cruces; entrecaminos liberados

si he de morir que sea en silencio, ahora
una fiesta negra, una hecatombe festiva
bajo la polarizada luna en negativo
la evidencia marca mi cuerpo
destellando la propagación, enfermo

un manojo de excusas innecesarias
ya nada importa/ante la perspectiva
de la muerte, las razones, los motivos
lo dejado atrás o adelante aún
(excepto quienes quedan)
permanecen suspendidos
como nosotros cuando despertamos
de este sueño adivinatorio y volvemos al dormir


no saldremos de esta vida vivos, amor
no saldremos limpios a la calle
a tomarnos de las manos con la fuerza
suficiente, aún después de bañarnos
en nuestro sudor

(excepto quienes quedan)
(quienes quedan) (quienes quedan) (quienes quedan)
(quienes quedan) (quienes quedan) (quienes quedan)
(quienes quedan) (quienes quedan) (quienes quedan)
(quienes quedan) (quienes quedan) (¿quienes quedan?)