ALEJANDRINOS
Permíteme Señor, honrarte con mi canto,
en Ti hallaré descanso, lo puedo asegurar;
ofréscote mi pluma, tejerte quiero un manto,
y en él tu linda Faz, por siempre yo adorar.
¡OH! Rey de las alturas, atiende ya mi súplica,
no dejes que me hunda, en negra oscuridad;
Tú puedes aliviarme, igual que a mujer pública:
¡en tiempos, ya remotos, tuviste caridad!
Desciende hasta mi pecho, por Ti espera piadoso,
queriendo de tus miéles, la dulce paz gustar;
sentir ya tu presencia, me haría muy gozoso,
sería como un sueño, del cual no despertar.
Acércate, no tardes, la espera ha sido larga,
más nunca he decaído, humilde te he esperado;
presiento tu llegada, se va la vida amarga:
¡gobiérname la nueva, te pide este soldado!,
Dos mil años atrás, enviaste al Nazareno,
dispuesto al sacrificio, por nuestra libertad;
yo, en nombre de mi especie, con ámino sereno:
¡te pido, en cada hombre: ¡Venid... Resucitad!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino
¡