Escucho en mis oídos ruidos raros,
no por el día, pero por la noche
el claxon ya es muy sórdido de un coche,
alguien conversa, mas sin ecos claros.
No son leones, titres, ni rosmaros:
un ángel me sugiere: que amoroche
mi pareja tan solo con el broche
de un abrazo…y los vinos de los jaros.
Apenas obedezco al ángel mío:
siento un beso robusto…cuán me ensopa,
como para quitarme todo el frío.
¡Porque cuando el amor veraz galopa
fluye néctar del alma como río
cual mágico coctel…y santa copa!