Al despertar,
la mañana lava su rostro
con serenos de amanecer,
irisa sus grandes ojos con verdes prados,
maquilla sus mejillas con rayos de sol naciente,
pinta sus labios con cielo rojizo
mientras se asoma en su sonrisa la cordillera,
luce aretes de arco iris
y se peina con vientos del sur
mientras besa la calma.