Íntima y frágil flor de otoño,
suave y temblorosa brisa de verano,
recostada a mi lado, así te pienso
como una vez te ví, dándome
tu amor intenso, con el frescor
de una rosa de primavera.
El brillo de tu mirada hermosa
calma mi alma y me deja indefenso,
en tus brazos soy feliz y es tu aliento
oloroso incienso que va purificando
mi alma tenebrosa.
Tú disipas toda incertidumbre,
y arrancas espina tras espina
que en mi corazón tenía,
haciendo gozo mi pesadumbre.
Ahora mi camino es tu camino,
es adonde mi amor se inclina,
caminaremos entre lirios, dalias,
claveles, petunias y rosas
germinaran a nuestro paso
y son tan hermosas; desde que tú
llegaste tienen olor a eternidad.
Cuando sonrías la vida regresará,
eres mi sonrisa infinita,
la luz y los colores.
Y al rozarte mi mano,
no será como amigo,
sino como aquel amante
que excluye otros amores.
Entraremos en la tierra prometida
libres de soledad, dolor y llanto,
y mi mano estará siempre tendida
que te cubrirá de amor bajo su manto,
y cuanto tengo y soy en esta vida,
tuyo será, porque te amo tanto
amor mío.