anabelmis

EN GUARDIA

¡Detente!
no tomes de mi carne la piel que la cobija
porque entonces,
se desangra, se vuelve dolorosa,
se torna herida,
se hace olor a muerte
y mira con envidia tus llagas maldecidas.

¡No sigas!
has rasgado apenas un instante de mi vida,
el resto,
si sigues hundiendo la daga reprimida,
se volverá estigma,
hará vasijas de hiel de tu avaricia.

¡Para!
estás en el umbral
de un espacio ocupado por mi ira,
aquí no hay lugar para el perdón,
incluso el respirar se castiga.

Porque has de saber,
que mas que ser, aquí
soy venganza desmedida,
y te arrancaré la piel
y cortaré tu vida
y me comeré tus ojos si me desafías

Anónimo (A.M.G)