Señor,
a veces me pregunto si he sido digno de ti,
si he honrado tu nombre y tu palabra,
si merezco estar entre los tuyos,
pues mi corazón clama y ansía tu presencia
extirpando de mi mente las cosas mundanas
donde mi mano se aligera y tiembla al escribir estos versos
analizando mi vida desde la infancia.
Señor,
permíteme derramar mis lágrimas,
emociones, tristezas y quebrantos
que vea mis errores y mis logros,
e ilumina mi camino
situándome en el sendero de tu luz,
haz que mi pasos transiten por el amor
siendo un buen esposo padre hijo y hermano.
Señor,
hoy tengo sed de ti
de tu palabra que estremece mi ser
y agita mi corazón al decir tu nombre,
sed de tu mensaje
que me entrega la paz
y me da la fortaleza para seguir adelante
abrazando tu palabra y sirviendo a tu gloria.
Señor,
haz que sea un hombre de fe,
y a la hora de mi muerte
no te olvides de mí,
no te olvides
de este pecador que abrió su corazón;
y déjame entrar en tu paraíso
como aquel que entró cuando estabas en la cruz.