Ayer, mientras el crepúsculo abrazaba mis latidos,
tus labios se dibujaron cual añoranza.
Es verdad, eh de confesar, esas bellas y finas lineas
que separan tus labios de mis besos, son un delirio para
mis ojos, para mis manos, para mi hambre, para mi sed de ti.
Puedo perderme en ellos y al mismo tiempo maravillarme
de ese tono rosaseo, de ese brillo cual miel manando del sol.
Verlos abrir y cerrar, es una danza hipnótica...
Donde mis fuerzas flaquean.
Donde mis sentidos se extasían.
Donde un instante se convierte en eternidad.
Donde todo y nada se vuelve plausible.
Donde existes, donde muero de ti.
Admirarlos es una especie de ritual, donde converge mi realidad y fantasía.
Donde te invoco, y aún así, te ausentas.
Donde te miro, y aún así, no existes.
Donde te sigo, y aún así, te pierdo.