Enrique Garcia

[ Esclavitud ]

En cierto modo, la libertad del hombre es una utopía que se compadece con la idea de que nacemos esclavos y que nuestra tarea consiste en ir deconstruyendo esa esclavitud sin alcanzar a conseguir la pretensión.

De acuerdo con esta idea, tiene sentido decir que vivimos bajo libertad condicional, y que ella depende en grado sumo de diferentes factores que, a veces, actúan conjuntamente.

Se podría decir que, en alguna medida, nosotros somos los otros o, al menos, somos el reflejo del accionar de los otros que nos sujetan, sin dejar de reconocer que, en alguna medida, también nosotros sujetamos a los otros.

Dentro de esa construcción, parece que resulta bastante difícil poder desarticular un entramado donde no faltan las hipocresías, sobre todo porque la estrategia de esos comportamientos esquematizados , responden a necesidades que se manifiestan a causa de las angustias que plantea el deseo de no tener sino carencias, faltantes, insuficiencias que entran en conflicto, y no precisamente a la manera clasista de Marx, sino a la manera más básica del ser, es decir por la necesidad de tener que remediar nuestros faltantes a través de la voluntad reequilibrante que, como sabemos, es imposible de lograr, nunca mejor dicho, <en proyección universal>

Tal vez por eso, la dimensión ética del ser resulta casi un entelequia.