Y te vi en el vergel
tú carita la luz matinal de verano
vislumbraba tu hermosura
llevabas en la frente un ramillete
de tulipán y alhelí.
Te vi en el vergel
y tú rostro a la luz de la tarde
naranja,
atisban de tus ojos unas perlas
brillantes.
Te vi en el vergel
y la luna y las estrellas junto a tú
tez brillaban como nunca.
Será tal vez que conjugaban ese
día el gran amor que sentía y quiso
pensar que no fuera pasajero, que el
sol brillara, que la tarde fuera naranja
y que la luna fuera diáfana.