Por una mujer perdí los sentidos:
La vista, el olfato, el gusto el oído.
No huelo, no gusto, no escucho, no miro…
Por una mujer perdí los sentidos.
¿Por qué afirmas tú, mi querido amigo,
Que una mujer te robo los sentidos?
Porque desde el día en que yo la miré,
Te juro por Dios que yo ya no vivo.
Aquella mujer robó mis sentidos y mi corazón.
En cada suspiro que mi pecho exhala
Siento que mi vida poco a poco acaba
Y va consumiéndose en mí la ilusión.
Ya no respondieron, a mi voluntad,
La vista, el olfato, el gusto, el oído.
La inocencia innata de aquella beldad
Se llevó consigo todos mis sentidos.
Por una mujer perdí los sentidos.
Se robó mi mente y mi voluntad,
La vista, el olfato, el gusto el oído.
Desde que la vi, perdí de mi vida la tranquilidad.
Una mezcla extraña de inocencia y bondad
Robaron de mi alma la tranquilidad,
Porque desde el día que la miré
Solo pienso en ella, ya en nada pensé.