Un día estaba cocinando en medio de la calle, había sacado la parrilla (la mas chica) a la vereda, un par de maderas...diario como me enseñaron de chico (porque las virutas son un poco mas complicadas) y un poco de carbón. Me puse a hacer una sopa..cebollas, acelga, tomate, zapallo, batata, papas, ajo, y bastante sal..el agua, inevitable.
Eran aproximadamente las 11 am..y a esa hora cuando estas en la vereda y en cuero el sol te pega todo el tiempo en la espalda si estas cocinando, porque para cocinar uno debe estar agachado casi todo el tiempo..bajar la cabeza y rendirse ante la majestuosidad de los colores, olores, y (obviamente) sabores. Podría decirse que cuando uno cocina debe tener mucho cuidado, pero mas se debería decir que se debe tener respeto, respeto a los alimentos, al fuego, a las herramientas, a la tierra.
Las personas que pasaban por la vereda de la calle Caxaraville debían desviarse de sus trayectos cotidianos de compras mañaneras o de ir a buscar a ls pibs a la escuela publica que esta acá a unas 4 cuadras casi llegando a Simón Perez..y me siento tan seguro al afirmar que iban a esa escuela porque casi todos ls niñs que pasan por acá a esas horas llevan guarda polvo blanco y casi todas las familias que viven del otro lado del arroyo las Víboras que pasa por la esquina de mi casa, son de clase media baja o directamente pobres y obviamente no les da para pagar la costosa cuota actual de los colegios privados de Gonzalez Catán que ronda entre los 700 y 900 pesos.
Como decía, los que venían por la vereda, debían pasar por la calle, a todos les pedía disculpa por tal crimen antinatura, pero la verdad es que tanto la calle como la vereda están pavimentadas con...tierra. Algunos me decían \"no pasa nada amigo\", otros pocos me miraban como si estuviera bailando desnudo en medio de la calle y los menos me conversaban un ratito para después seguir su paso hacia \"el fondo\" \"atrás del arroyo\"..porque siempre hay un adelante y un atrás, un arriba y un abajo, un derecho y un izquierdo, un loco y los demás que están bien.
El loco del barrio se llama Rodrigo, todos los barrios, o ciudades, o pueblitos tienen un loco, Rodrigo se había ganado el hermosísimo titulo de \"El loco de los Perros\" y pongo Perros en mayúscula porque se lo merecen mas que cualquier comandante mata indios o roba bebes.
El loco de los Perros corría...que digo? Corre por todo el barrio con una jauría de perros a su lado, sin correa alguna ni nada que los ate a él, incita al ladrido y por lo tanto al constante bullicio de los demás perros de las casas que todavía no han encontrado la forma de escaparse de sus confortables cárceles hacia la dura libertad.
El Chavito (mi querido perro) no se queda atrás..de hecho en este mismísimo momento Rodrigo pasa y el Chavo desespera de una (supongo) alegría mezclada con ansiedad y anhelo, anhelo por ser parte de la jauría del Loco de los Perros. A veces, muy pocas veces, me dan ganas de abrirle el portón..dejarlo que se vaya...no se por qué, pero a los minutos se me pasa y siempre me quedo pensando que si el Chavo supiera que el portón se abre levantando el fierrito que se une a un clavo doblado hacia las nubes..si él supiera que tan solo empujando con el hocico este fierrito el portón hecho de madera, metal, alambre, pedazos de cosas que mi papa o yo traemos de la calle, el portón que tiene mas años que yo y que supongo mi abuelo compro cuando empezó a construir este hogar en el que vivimos ahora, ese sencillo portón se abriría y él sería libre para siempre, o hasta que vuelva y yo tenga que inventar algo para que no lo abra más...como pasaba cuando era más joven que tenia que estar remendando el alambrado por todas partes y corriendo en su búsqueda hasta 4 o 5 cuadras a la redonda. Mas de una vez o mas de 10 veces me he caído de culo por correrlo en medio de la lluvia o el barro de la lluvia pasada. Sin embargo, esos momentos en los que me sentía asustado y nervioso por si se iba lejos lejos y no volvía mas (como Chocolate el perro de mi tía) ahora los recuerdo como una linda parte de mi vida.