Se moría, se caía a pedazos...
Se despedazaba interiormente...
Su espíritu rebelde indomable se quebraba..
Ojalá fuera un sueño, maldecía su realidad...
Una lágrima se dejaba rodar hasta llegar...
A lo mas íntimo de la comisura de sus labios..
No podía ser verdad... No podía ser cierto...
Aquella dama indomable, aquella dama orgullosa..
Aquella mató mil hombres con una palabra..
Hoy moría, moría lentamente en un negar necio..
Allí en ese rincón de los labios de otro hombre, que no la amaba....
<<Pasajes pensamientos y pausas>>