A quienes comparten conmigo
este hermoso planeta.
Cómo se seca la pluma sin que la acaricie el vate
este oficio es exigente cómo habría de negarlo
y llorando anda la musa buscando quien la rescate
terminado este cuarteto hay razón de celebrarlo
Quiero armar este poema sin posar de tonto y necio
con nadie ando compitiendo voy ejercitando el arte
adquiere per se la pieza con exactitud su precio
te conviene a ti conciencia con las letras encontrarte
Versos de varias cosechas vengo muy serio hilvanando
así como tía tejías finas colchas de retazos,
los primeros, cariñosos, vienen el alma abrazando:
¡las segundas en mi piel dejaron sus finos trazos!
Es éste el cuarteto cuarto que me da un aire inefable
porque al fin he superado el ecuador del fonema
queriendo decir con esto que el bardo se encuentra estable
con tinta papel y pluma como el más experto rema
Siento que el verso restaña las heridas de mi pecho
y llega ya fresco el aire muy puntual a mis pulmones
la espina que mantenía mi corazón en acecho
para seguir fustigando dejó de tener razones
El trino de las palabras ha de ser cual turpial fino
porque las letras me arman esas necesarias ramas
donde acaricio deseos porque el hombre ponga tino
y pueda decirle al otro: ¡Yo te amo y tú me amas!
Tu que naciste poeta con el don de la palabra
nunca te des por vencido frente a tanta crueldad;
creció una rosa en tu pecho, permite que ésta se abra:
¡no tardes en revelarles a los hombres la verdad!
JAIME IGNACIO JARAMILLO CORRALES
Condorandino