Jugando a jugar a la nada
me perdí entre la mirada
de un simple y fugaz
verso improvisado.
Improvisando como improviso
la vida me vi perdido,
borracho, herido,
olvidado por el olvido.
Deseando desear tenerte,
no rendirme a la suerte
de matar la vida
hecha ceniza.
Besando sin besos el vacío
desperdiciando lo vivido,
despilfarrando el tiempo
que no es mío.
Soñando sueños imposibles,
aniquilando mis ideas con fusiles,
destrozando por completo
mis razones seniles.
Objetando sin objeto al camino,
en el que se cayó el destino
del vuelo sin prisa
de una mariposa del abedul.
Terminando sin final estos versos
que, de los buitres, son alimento,
me despido sin voluntad de la valentía
de cantar un canto de amor de por vida.