He sentido tus manos,delineando mi cuerpo,
he sentido tus labios, inflamando mi piel,
he gozado las mieles de tu boca sedienta,
he mirado en tus ojos, reflejado mi amor;
he vibrado al unísono de tus locos anhelos,
con mi mano en tus manos,
he subido a los cielos,
he llegado a la gloria,
conducida por tí;
y al quedarme por siempre
en la prisión de tus brazos,
inventamos la Dicha, el Placer, el Amor.
Palas Atenea.