Innumerables hojas
habían caído del árbol del tiempo;
cada uno existió sin el otro.
Encuentro refrescante,
tu risa lo embriagaba todo.
Las memorias dolorosas
desaparecían con tu presencia;
le ganabas la batalla
a las vivencias
que golpeaban mi existencia.
Se movieron los escombros
de mis sentimientos de niño,
de adolescente,
de amor y amistad.
Nuestro encuentro,
es un tapiz
tejido con la fibra del amor,
por la mano del Creador.