En los promiscuos silencios
de noches y luceros
tu mirada me habla
tu hálito me besa
vuelo, a tu encuentro.
Se hace dulzor en mi boca
el sabor sumiso de tus labios
con frenesí te invoca
mi corazón en preludios,
en mí se ilusiona
un erotismo sin cordura
en una brizna se ambiciona
donde en mi alma perdura.
Tus atuendos, deja caer
que mis labios besar pretenden
tu desnuda piel hasta absorber
la miel, que tus poros desprenden,
déjame saciarme, hasta morir
en el llano de tus blancos muslos
en ellos, mi amor quiere esculpir
la razón de mi existir.
Autor: Jorge Aimar Francese Hardaick
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