Soneto meridiano
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Franciscano, el humilde servidor
¡Singular! TAU al frente, nunca primero.
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Misionero profeso narrador
para donar liturgia, y entregar
convite evangélico, quiere dar
la sublime Gracia del Creador.
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De la Palabra es penitente obrero
conducidos a la arena divina
e inclinados (la Bula) ante el cordero
lleva obediente canto que fascina
Eterna adoración cual roble acero
dando en la prédica-flor su doctrina
heraldos peregrinación tranquila
floreciendo en seráfica pupila.
Dr. Rafael Mérida Cruz-Lascano OFS
Guatemala, C. A.