Piérdete de mis pensamientos
piérdete y nunca aparezcas
pues tengo miedo de otra vez
fallarme a mí mismo
de sucumbir a la tentación
que siembras en mi mente
cada que por mi vista apareces.
Piérdete y te prometo
que no te buscaré más,
porque sé que te encontraría,
porque me volví experto en hacerlo.
No quiero que te vayas
pero necesito que te vayas.
Solo espero que algún día
uno de estos días que quedan
me puedas perdonar
porque me he fallado a mí mismo
y al fallarme de esta forma,
inevitablemente, te he fallado a ti
sin parar.