Bajo la tenue luz de una vela
mecida al compás de mis suspiros,
intento forzar cuerpo y mente
buscando la inspiración que tanto ansío.
Mi papel viste de blanco
pero de pronto empiezo a recordarte,
y las ideas se escriben solas,
pintando el color de tu imagen.
Cada letra son tus ojos,
cada palabra es tu sonrisa,
por cada estrofa en ti creada
se refleja tu armonía.
¿Cómo voy a dejar de pensarte
si eres tú mis versos y mi poesía?