Y mientras hacia la fila para pedir mi café.
Me puse a pensar hacia donde iba,
hacia donde me dirigía.
Mientras los clientes eran atendidos,
uno por uno en una fila de lento andar,
yo pensaba.
Luego de que llego mi momento
de ser atendido, dude.
Dude del simple hecho
de si quería un café.
Me decido rápidamente ya que
el sueño me dio la señal de que,
necesitaba una taza.
Una vez ordenado,
una incertidumbre me cautiva,
la de si mi café será servido como deseo,
negro, fuerte.
Tras unos segundos después,
el momento se hace real
y recibo mi café.
Y para mi falta de sorpresa,
el café, me lo sirvieron con leche.