(I)
Deslízate alma mía
por los caminos del silencio,
inconstante, malograda...
entre versos sin barbecho,
yo me ciego...
en la ternura,
desnutrido de lamento,
entre horas temblorosas...
entre lirios manifiestos,
por el labio demudado
de abandono...
sin consuelo.
(II)
Apenas se deshace
un segundo...
en el pecho que me incita,
entre espadas temblorosas
de pasión...
oscura y fría,
por la gloria compungida
del desliz...
de que se nutre,
la esperanza
se desliza...
en herida azul e insomne.
(III)
El último suspiro,
es destino...
e imperante lazo avieso,
entre lirios se deshace,
desnutrido...
de lamento,
de gardenia se derrama,
entre horas
desvestidas...
entre hoces pudorosas,
de razón...
herida y fría.
(IV)
Apenas yaces
vencida,
entre témpanos ignotos...
de esperanza entristecida,
despertando en la memoria
del señor que se desplaza,
la razón indecorosa,
del umbral...
que se deslaza.
(V)
Esta vida me carcome
entre ángulos impuros,
de gardenia
se desluce...
en la cima de los vientos,
entre oscuras
golondrinas...
de razón oscura y fría,
la natura
se desnuda...
de amapola entristecida.
(VI)
Entre lánguidos latidos
de razón insatisfecha,
te me anudas de abandono
y de pálido consuelo,
la esperanza se enmudece
entre anárquico recelo,
de pasión atemperada...
por la noche de los besos,
(VII)
En la fontana zozobrada...
del jardín de los secretos,
entre lánguidos altares
desnudados
y sin consuelo...
entre océnos de plata,
y de memoria
deslucida...
la esperanza se estremece,
de pudor...
oscuro y bello.