Por eso quiero atrapar con mis labios
todos los momentos y tragármelos
todos juntos, pretendiendo
no acaben nunca y vayan al fondo.
Ahí donde las penas y alegrías se unen
en nuestras arterias y silenciosamente
bajen a lo más hondo. Donde mi vida se prende
en el delirio de tu mirada, siempre atenta
y prendida, tu juegas con tu palabra
y yo juego y entrego mi vida ilusionada.
No me reproches ni me critiques al ser
tan vulnerable en mi sentir,
es que si no siento que las sensaciones
me son deseables, así no sé vivir.