angelillo201

Los inocentes de peñas, un ocaso sin seguro.

Los inocentes de peñas, un ocaso sin seguro.

 

Ayer dejaba a mi espalda la plaza del mercado con las peñas en fiesta. Me adentraba en el barrio lumpemproletario de san Antonio-Texas empujando del manillar mi bicicleta y observando un monótono ocaso, cuando una voz que venía hacia mí me detuvo al disponerme a cruzar la carretera para subir la cuesta en dirección a la ermita de San Antonio. Me llamaba con estas inocentes palabras:

 

Contigo tengo que hablar.

 

Cruzó donde yo estaba sin mirar la carretera una desdichada criatura, hacía aspavientos con las manos y gestos nerviosos con los labios sin atinar con las palabras. Empezó a hablar mitificando mi biografía:

quiero contarte algo tu que has estado en la cárcel.

Allí te dan de comer, de cenar, te llevan a la piscina.

¿ Es grave un delito leve?

Depende- respondí con indiferencia- ¿ Qué te ha pasado?

 

Quién me hablaba era un crío que conozco superficialmente, con cara y cuerpo más infantil de la edad que realmente tiene por falta de un desarrollo normal. varias veces he hablado con él, sin saber bien de que lo conozco, siéndome un muchacho simpático, incluso una vez hicimos juntos en bicicleta el trayecto de Nules a vall d\'Uixó cuando yo salía casualmente de fichar del los juzgado de Nules. Ese día me pare a tomarme un café, y él estaba vendiendo lotería de las peñas. Lo hacía gratis, por hacer un favor a alguien, pues no era de peñas. No recuerdo sin al final él pagó el café, o lo pagué yo. El caso es que hicimos en trayecto juntos y me contó que era huérfano de madre, y al parecer el padre no tenía mucho interés en él. En Vall d\'Uixó muchas veces lo había encontrado registrando los contenedores de basura, en esos momentos, si podía me alejaba de donde estaba sin que lo notara. Prefiero hacer esto para no saludarlo, por si lo ofendo. Cuando va solo por ahí ,como yo, deambulando sin nada que hacer con las manos en los bolsillos, entonces le saludo, de eso lo conozco, de saludarlo.

En ocasiones escuchó como desde las ventanas salen cabezas que chillan su nombre para que suba a comer, o haga algún remiendo.

¿ me pintarías el salón por 15 euros?

Él negocia de forma astuta.

15 es muy poco por un salón.

La otra persona que sabe sus trucos termina con él enseguida:

O 15 euros o llamo a otro.

Arrastraba en sus ojos lo que sus palabras no expresaban, pues acostumbrado a ser motivo de burla, bromas, risas, de ejercer un papel de bufón que odiaba profundamente, causante de un bloqueo mental que le provoca tartamudez; cosa que le hacia más cómico ante la gente con la que se juntaba, que estaban en su misma situación económico social que él: Sin oficio, sin estudio, sin trabajo, y aunque estos tuviera un grupo familiar, para el caso en caso de apuro, era lo mismo que para él, o que para mí, pues en vall d\'uixó grupos enteros de familiar estaban en la exclusión social más miserable inimaginable y hacían gala de un egoísmo adaptativo de perros.

Sin embargo, su cuerpo, su poca gracia en la expresión ala hora de hablar, lo mal que vestía, le hacían víctima entre las víctimas.

Finalmente se arrancó a decirme lo que le pasó, y por lo que me pedía consejo.

Le he pegado con un bote a una niña en un ojo. ¿ es grave?

¿ Cómo ha pasado?- le pregunté extrañado ya que es un crío muy pacifico, de hecho siempre he pensado que aceptaba bien vivir dentro de su cuerpo raquítico que no crece, el rechazo social que sufre, el ser despreciado por las mujeres e insultado por los hombres, el que hagan un coro en torno a él el chulito de un grupo para ridiculizarlo. Por eso me sorprendió que se rebelara hacia estas situaciones a las que pertenece, como le pertenece al perro más débil de una camada.

Con angustia, sin comprender el acto de rebeldía que había cometido, empezó a contarme lo que ocurrió y por lo que fue llevado a declarar al cuartel de la guardia civil.

Me había invitado a estar con ellos un rato una familia de gitanos con los que me llevó muy bien, cuando llegaron invitados y empezaron con un spray a rociarme la cara para reírse. Esta familia de gitanos es buena gente, pero cuando llega al que me estaba rociando gritando:

ya estoy harto. Métete el bote por los cojones.

Mi intención era lanzarlo contra la pared, pero pasó una chiquilla pequeña de una habitación , y le dio en el ojo.

Ha sido un accidente- comenté yo. ¿ le ha causado mucho daño?

Me respondió confuso:

dice uno de sus familiares que ha estado unos días sin ver, y que tienen que operarle de la cabeza para que vuelva a ver, pero otras personas me han dicho que solo tiene un puntito rojo bajo del ojo. El caso es que me han denunciado, eso si, el padre dice que no va matarme, aunque el otro día recibí una amenaza diciéndome que iba a matarme.

 

La gente suele cambiar de opinión- le comenté yo, preocupado lógicamente por lo que me contaba, pues le tenía cariño a este pobre muchacho, y conociendo como conozco por experiencia a los jueces de Nules, no me extrañaría que aplicaran el código de hammurabi, o que se ejerciera sobre su pequeño cuerpo una venganza moruna gitana.

Medite brevemente.

La opinión publica es muy importante en estos casos . Si quieres puedo hacer un vídeo explicando lo que te ha pasado. EL argumento es sencillo, tu sales con un parche en el ojo y un diente en la mano, y yo con una piedra y un spray.

ÉL realizó una expresión extraña y volvió a su principal preocupación:

¿ crees que iré a la cárcel?

Yo mire sus ojos llenos de inocencia y su carne de yugo, me santigüe pensando en esas manada de tiburones negros de Nules que le esperaban hambrientos, pero para no desanimarlo y tranquilizarle antes de que me lo mataran, le comenté antes de despedirme sabiendo que era un caso perdido:

No será nada, no te preocupes y confía en tu abogado de oficio. Todo irá bien, estamos en el siglo XXI.

Angelillo de Uixó.