En la hora de los comienzos
yo practico la voracidad de la luz
con carne de cañones ahumados.
Tú te puedes enterar de mis atardeceres
por la voz elocuente de la cigarra.
Con sus pies de penacho asustado,
fuma el anciano a la entrada
de la triste ciudad.
De los tres incendios acaecidos
por el arroyo,
sólo las plumas izquierdas del avestruz
quedaron intactas.
Yo vi la ranura de una puerta
que se espantó la madruga
del invierno cuando los asaltantes
sorprendieron al pueblo con los
arcabuces enrostrados.
Las relaciones bilaterales de dos
caminos sin comienzos fue lo que
dio el argumento magistral a los
pensadores del mañana.
Y el amilanamiento de los
revolucionarios fue la causa del
destemplamiento social.
Todo el mundo vio el vuelo equivocado
de los rastrillos la noche en que
los capitalistas se arrimaron a los
puertos cargados del tesoro pillado.
El hedor de diez perros muertos es
más tolerable que la boca de un corrupto.
Robarse el dinero de los pobres,
es peor que vomitar la hostia en el atrio.
Triste ver las paredes de un panteón
de héroes llenas de mugre y
de huevos de alacranes.
Hasta los azahares se alimentaron
de luz el día que al trono
ascendió el hombre íntegro y
sembrador de flores primaverales.