Si yo fuera un poeta,
miraría tus ojos
y dejaría en ellos,
sin que palabra alguna
saliera de mis labios,
los libros de poemas
escritos por mis sueños,
en las noches de estrellas.
Tu verías en ellos,
junto a mil fantasías
de rimadas palabras,
a todas mis quimeras,
y, entre todas ellas,
aquella que te nombra,
mi amor, por vez primera.
Pero soy sólo un hombre,
embriagado de penas,
que juega con las letras,
creyendo hacer poemas,
repitiendo tu nombre...
como la vez primera.